sábado, 1 de junio de 2013

Erase una vez...

"Erase una vez una pizza, una canción de Mando Diao en Spotify y dos amigas con ganas de aventuras..."



Así comienza nuestra historia, de cómo una mañana y en estas circunstancias nació la idea de realizar un viaje por toda Europa. La fantasía se hizo cada vez más consistente, y esa misma noche Sonia y Elena la compartieron con el resto de nosotros. A todos nos pareció fantástico, y muy ilusionados comenzamos a especular sobre qué países visitaríamos, cuándo lo haríamos y por cuánto nos saldría la broma... y este último factor fue el que mermó nuestro grupo de seis a la mitad. Ya se sabe que la crisis no perdona.

A pesar de esto, los tres que quedamos seguimos adelante con el proyecto, y aunque al principio no era más que eso poco a poco fue convirtiéndose en algo más. Así, tras varias largas tardes de domingo renunciando a cualquier otra actividad, comenzamos a planear nuestro viaje; pensamos fechas, el itinerario, buscamos albergues que se ajustaran a nuestro presupuesto (incluso aunque la habitación fuera de 5m2), horarios de trenes, lugares que visitar,..., y cuando quisimos darnos cuenta nuestras soñadas vacaciones estaban listas para hacerse realidad.

Ya a principios de mayo, y quizás con excesiva antelación puesto que habíamos decidido irnos en agosto, teníamos todas las reservas de albergues y hostales hechas (sí, hemos sido un poco pijos en ese aspecto, la mayoría de las noches dormiremos en una cama). Entonces decidimos que era el momento de buscar el modo de llegar de Madrid (donde vivimos) a nuestro punto de partida: Bruselas. Tras varias consultas sobre la mejor opción, concluimos que la forma más rápida, asequible y cómoda de llegar hasta allí era en avión, así que una tarde quedamos y compramos nuestros billetes de ida (Madrid-Bruselas) y de vuelta (Roma-Madrid) con esa tan admirada por todos compañía de "bajo coste"... más conocida por sus bajas cantidades de combustible...

Hasta ese momento los tres, aunque no las compartiéramos con los otros, teníamos nuestras dudas sobre si no quedaría todo en una mera fantasía, pero entonces fuimos conscientes de que ya no había vuelta atrás: ¡nos íbamos de InterRail!

Después de esto nos pusimos manos a la obra con las guías de viaje, donde apuntamos en nuestro fantástico cuaderno (del que ya hablaremos) absolutamente todo lo que podría sernos útil: las reservas de vuelos y albergues, los horarios de los trenes que nos vendría bien coger, los lugares que queríamos visitar, direcciones importantes, tarifas de transporte público, zonas de fiesta,..., incluso hicimos un dossier con los datos relevantes de cada país y una pequeña guía de conversación en los diferentes idiomas. Definitivamente, estábamos deseando que la aventura comenzara.



El siguiente paso fue el más importante: hacernos con el pase InterRail. Así que una mañana nos acercamos a la Oficina Joven de la Comunidad de Madrid, donde, pese a los lamentos de nuestras carteras, compramos tres InterRail Global Pass para 22 días continuos y nos hicimos también el Carnet de Estudiante Internacional (ISIS para los amigos; muy recomendable). Allí, resolvieron todas nuestras dudas, o al menos eso hizo una de las trabajadoras, que nos atendió muy amablemente; la otra... algo menos.

Y finalmente todo estaba preparado para irnos; solo nos faltaba ultimar algunos detalles de nuestro "kit de mochilero" (del que hablaremos en próximas entradas) y prepararnos para el GRAN VIAJE.

En cuanto a este blog, en él os explicaremos todo lo que consideramos necesario saber para quien quiera embarcarse en una aventura similar, y os iremos contando (todo lo frecuentemente que las redes wifi nos lo permitan) nuestras experiencias, impresiones y vivencias durante estos 24 días que nos esperan recorriendo los 9 países europeos que hemos escogido.

Sonia, Elena y yo, Aitor, esperamos que lo disfrutéis y os sea de ayuda.

¡Hasta la próxima entrada!

Aitor.

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