sábado, 24 de agosto de 2013

Langøyene & Oslo

Después de una buenísima estancia en Estocolmo, tocaba cambiar de país (otra vez) y pisar Noruega; seis horas de viaje después llegamos a la estación de Oslo, donde comimos y pusimos rumbo al puerto, Langøyene nos esperaba impaciente!
Langøyene es un lugar para relajarse y escapar de los edificios y las grandes masas de gente (en la isla no había mucha) a nosotros el tiempo no nos acompaño demasiado, después de montar las tiendas de campaña y dar un paseo se puso a llover... Y dormir tres personas en una tienda para dos es muy gracioso (una buena anécdota la verdad); al día siguiente hizo mejor tiempo, aprovechamos para dar un paseo y conocer el terreno y despedimos el día viendo atardecer en una calita preciosa de la isla y por la noche nos sentamos fuera de las tiendas a ver el cielo noruego. Al día siguiente hacia calor y aprovechamos para tomar un poco el sol, comprar más agua y comer en la terraza del "kiosk" :)
Sinceramente la isla deja mucho que desear en cuanto a los baños porque no hay ducha, en algunos servicios tampoco hay lavabo y los wc tienen fosa séptica (así que imaginad la situación) pero yo creo que está bastante bien para acampar durante un par de días.
-> Consejo: llevaros agua en botellas, garrafas... Porque en la isla no hay agua potable y el kiosco sólo abre cuando hace buen tiempo.
Por ese motivo nosotros acampamos dos días en vez de los tres que teníamos planeado, porque no teníamos mucho agua y no nos íbamos a dejar los ahorros comprando agua embotellada, así que recogimos el campamento base, cogimos el ferry (que en verano pasa cada hora aprox) y pasamos la noche en la estación de Oslo, esperando al tren de vuelta a Suecia que salía al día siguiente (sí, estuvimos toda la noche allí).
Lo primero que hicimos fue dejar las mochilas grandes en la consigna de la estación y comprarnos algo de beber para pasar la noche; la estación cerraba de 1:30 a 3:30 así que durante dos horas estuvimos en una pequeña plaza cercana a la estación... A la vuelta se durmieron los que pudieron y los que no (yo misma) nos entretuvimos viendo pasar la gente y con la música. Cuando me quise dar cuenta ya eran las 6 de la mañana y ya quedaba menos para coger el próximo tren; las próximas horas se resumen en jugar a las cartas y mirar el paisaje nublado de Oslo mientras comemos panchitos... Cuando llegó la hora de comer (la recta final de nuestra espera) nos compramos algo por ahí y, al fin,la hora de coger el tren destino Katrineholm (Suecia, parada intermedia entre Oslo y Malmö), otro país que dejamos atrás.

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